19 de mayo de 2013

Ponele Que Fue Un "Feliz Cumpleaños"

21...
  No logré un blackjack ni trata de la película. No es sobre el segundo álbum de Adele. Tampoco trata sobre un simple 3x7 o el octavo término de la sucesión de Fibonacci. Mucho menos trata sobre idioteces numerológicas como "el peso del alma" que se va del cuerpo al morir o la locura o demencia como dice el Tarot. Si es del siglo en que nos toca vivir... una reverenda cagada.
  En fin, cumplí veintiún años de vida.
  La sociedad o más bien la ley, dice que ya superaste la mayoría de edad y por ende estás oficialmente emancipado. O sea, estás lo suficientemente grandecito para hacerte cargo de tus propias cagadas y a la vez participar efectivamente como ciudadano con todos los derechos y responsabilidades correspondientes.
  La economía dice que ya es hora (si es que no fue la hora aún mucho antes) de que empieces a tener algo con lo que sustentarte. O sea que si todavía no te fuiste de tu casa, al menos las salidas y los vicios se los tiene que garpar uno mismo mijito.
  La cultura dice que si no seguís estudiando algo deberías estar trabajando, de lo que sea, y viceversa. Es más ¿por qué no haces ambas cosas a la vez así te vas perfilando al asqueroso alineamiento que el mundo futuro te tiene preparado?.
  La familia... se pone más hinchapelota. No se porque, y no lo digo sólo por mi caso. Lo ven a uno tranquilo con sus mambos (buenos y malos claro está) y pareciera que sea lo que sea que uno haga nunca alcanza. Si estás estudiando: "deberías estudiar más, yo no te veo con las fotocopias como vos decís"; si estás trabajando: "podrías ayudar un poco en la casa también"; o si simplemente te tomaste media horita para  vos mismo: "dale, seguí así que a este ritmo te va a ir bien". Aguanten un cacho viejo ¿¡qué onda?! Tengo entendido que es tiempo en el que uno ya se perfila como quiere hacer sus cosas, tener un mínimo de consciencia de cómo organizar su vida. ¡DEJEN ESPACIO!
  Los amigos, que decir de los amigos. Personalmente posee una sobre-valoración del término, pero en realidad se adapta a cada caso particular. No, no actúo "de una forma con unos y de otra con otros", no se confundan. Quiero decir que cada amistad que poseo es en efecto especial por algo en que se destaca. Todos tenemos uno con que más te reís, con el que salís de noche, con el que mejor hablas, etc. obviando el hecho de que (para decirlo de un modo burdo) haya algunos con el que uno hace más de una o todas esas cosas. A lo que voy es que deben estar porque son muy necesarios, no solo para el entretenimiento sino también para ese... descargo.
  (*suspira) Veintiún años... no parecen diferir mucho del anterior ni que vaya a tener relevancia para el o los que vienen. Bah, eso está en uno. La cosa es que a veces siento que no se donde estoy parado. No, mejor dicho, si se donde estoy parado, de lo que no estoy seguro es hacia donde seguir, el camino presenta demasiadas bifurcaciones. El temor está en un primer punto en si estoy tomando o no la correcta. Y el otro temor es que, al escoger un sendero, estar perdiéndome de oportunidades u otras cosas que valgan mejor la pena.
  ¿Por qué he de ser una simple herramienta social? Y si he de serlo finalmente ¿por qué seguir el mismo método que el resto? ¿No puedo aunque sea discernir en eso? ¿Qué está bien y qué está mal?


Se libre
Bael´adar

2 de mayo de 2013

"Like"

Me gusta soñar que estás en blanco y negro.
Me gusta ver resbalar la lluvia en el parabrisas.
Me gusta caminar por el sólo hecho de hacerlo.
Me gusta leer lo que se dice sin decir.
Me gusta andar en bici de un lado a otro.
Me gusta ver tus ojos en todos los ojos.
Me gusta oír el sosiego del viento en la ventana.
Me gusta escribir lo que me salga.
Me gusta apreciar el cielo en el mar y el mar en las montañas.
Me gusta decir más que demostrar.
Me gusta acariciar el espacio donde quisiera que estés.
Me gusta experimentar cosas de las que no tenía idea.
Me gusta dormir siempre que me permita soñar.
Me gusta creer que se puede tener fe.
Me gusta pintar las siluetas de mi adoración.
Me gusta esperar si vale la pena.
Me gusta aprender particularidades.
Me gusta escuchar, todo y a todos.
Me gusta contemplar las formas de las cumulus nimbus.
Me gusta reír por, y de mil cosas.
Me gusta extrañar una expresión facial.
Me gusta oler el guiso que hace mi mamá.
Me gusta cargar una mochila de ilusiones.
Me gusta sentir la profunda comodidad.
Me gusta maravillar la luz solar colada entre las nubes.
Me gusta cerrar los ojos y paz.

Me gusta... me gustan... me gustas...

Se libre
Bael´adar