Tampoco hay grandes amores, ni grandes logros, ni avasallantes derrotas.
No hay trabajos pendientes, ni horarios tediosos, ni demandas exigentes.
...
Entonces ¿qué si hay?
Hoy un hombre, más bien un joven, que está parado de espaldas a una puerta. Puede caminar, puede correr. No tiene los medios para volar y así sobrepasar lo que sea, pero si tiene los medios para avanzar lentamente y enfrentar cada obstáculo con detenimiento.
Es un ignorante que no teme preguntar aquello que desconoce. Posee ambición sin ser ambicioso y es espontáneo aunque eso haga que lo malinterpreten y/o se meta en problemas. Lo copado es que le está empezando a chupar un huevo más las cosas del verdadero modo en que una primera vez hace tiempo lo pensó y planteó. Trata de llamar a las cosas por su nombre.
Lleva consigo siempre una canción en el bolsillo. Una que diga que le pasa, como se siente, que quiere o desea o simplemente le ponga un ritmo a su cabeza.
Espera, aunque en la gran mayoría de las veces no sepa qué.
Habla, calla, escucha, calla de nuevo, ríe, contesta, duerme, trabaja, duerme, estudia, come y vuelve a dormir.
Ama.
"...quizá en la soledad no haya dolor, de pensar en nada."
Se libre
Bael'adar