Lunes.
En el primero, mi... (no se como llamarlo) "ex-pseudo-posible-futuro-suegro" me invita a su casa porque está haciendo un asado. Mucha cordialidad en el entorno, con un día perfectamente soleado y frescas bebidas en la mesa. No es entonces cuando acercándome a él, que está junto a la parrilla, doy cuenta de una mirada perversa, con saña, como diciendo dale hijo de mil puta, ya vas a ver lo que te espera...
De inmediato me detengo y comienzo a pensar que la invitación no era para almorzar, sino era un escenario para matarme. Lo más lógico: veneno en la comida. Él se da cuenta de mi expresión que delataba sin disimulo y pareciese que hasta con gritos lo que estaba pensando. Se acerca y me murmulla Si me entero de que sospechas del asado, te mato.
Sospeche o no, coma o no, ya estaba muerto.
Martes.
En el segundo parecía un día normal. Llego a casa del trabajo, como algo y me tiro en la cama a pavear con el celular un rato hasta que decida cerrar los ojos y siestear hasta las 5.
Veo entre las notificaciones que un ex-compañero del primario me mandó una solicitud. Chusmeo un poco su perfil para hacer algo de memoria de su rostro y lo acepto. Minuto después me manda un mensaje por chat diciendo que busque el teléfono que me va a llamar. Sin preguntar demasiado conteste ¡Hola! ok... .__.
Contesto la llamada al segundo de que llega al inalámbrico en mi mano. Fue entonces cuando en una verborragia de palabras Fermín sin vacilar ni darme a tiempo a interrumpir me dice: Hola Jesuan, espero que me recuerdes, fuimos a segundo grado juntos.
-Pero no me comunico con aires de nostalgia sino para hacerte un par de confesiones, que más que confesiones son secretos que te han guardado las personas más cercanas a vos. Para empezar ¿te acordás que en la escuela nos molestaban porque nos parecíamos bastante? Teníamos compañeritos que nos decían clones. Ya se, vos sos colorado y yo rubio pero teníamos ademanes parecidos, al igual que la forma de la cara, estatura y vos.
-Si, me voy acordando.
-Bueno, la verdad es que la razón es bastante sencilla, somos hermanos.
-What?!
-Si, mellizos. Nuestra mamá es mi mamá y tu papá es nuestro papá. El día que nacimos en el hospital, a la que llamás tu mamá también estaba pariendo, pero desafortunadamente su bebé murió a los pocos minutos por una infección que contrajo dentro del útero. Tu papá estaba con ella, pero sabía que al mismo tiempo "ese pequeño desliz" que tuvo 9 meses antes estaba en la misma situación a dos habitaciones de distancia. Por supuesto que mi papá no lo sabía, me creía suyo, nos creía suyos. Lo que pasó después fue que no se en que momento, pero lo hubo, en el hospital se cruzaron tu papá y mi mamá, y en una especia de "acuerdo macabro" daría por muerto a uno de los mellizos y por vivo al otro bebé. De manera que ambas familias salieran "completas" ese día.
-No se que...
-Vos ata cabos. Yo se que suena entreverado pero no lo es tanto. Básicamente ambos tenemos una parte de la familia falsa, que no nos corresponde. En tu caso es todo lo que concierne a tu mamá, y en mi caso es con mi papá. Somos hermanos y tu hermano es tu medio hermano. Yo no espero nada de vos, estaré si deseas acercarte, pero queda en vos qué hacer: si quedarte con la familia que te crió o buscar a la cual la sangre coincide.
Miércoles.
En este último estoy encerrado en un cuarto completamente a oscuras. Una puerta se abre encegueciéndome y una figura alta, a la cual no le puedo distinguir rasgos, me dice que debo elegir bien. Sigo unas horas oscuras mientras oigo gritos, destellos de luz que se filtran por debajo de la puerta, ruidos de cosas que se rompen, autos, algo de música a lo lejos y lluvia.
La puerta se vuelve a abrir sin nadie más. Me asomo super encandilado y veo lo que vería al salir por el frente de mi casa. Doy media vuelta y estoy justamente en el pórtico de mi hogar.
Se libre
Bael'adar