Escribo para recordar, y sin ningún otro
motivo excepcional más que el de recordar. Enmarcar el inmediato y que perdure
lo que tenga que perdurar. Antes que el sueño tape esa inmortal vigilia de
arcoiribles matices, con desdichados blancos-grises; antes que el despertador
me robe una canción; antes que el asado me robe tu perfume; antes que un beso
desintegre aquel.
¿Qué quiero recordar?
Suavidad, oh esa condenada suavidad. Recorriendo el sedado rostro de
lado a lado como si cada vez fuese la última. Las manos con ese carácter
prohibido. Brazos, de los cuales no estuve al tanto, pero que se hicieron parte
de mi sosiego. Y un laberinto de pelos del cual quedarme orgulloso en perderme.
Y cintura. Solo maldigo el no tener más
brazos para regocijarlos con ese viaje. O extremidades superiores más largas
para poder realizar el viaje más de una vez a la vez. Tan cercana y tan lejana.
Decorada más que con la más pura naturalidad de su ser. La quiero de almohada,
la quiero de colchón, la quiero de cobija, Hasta que muera o encuentre una
mejor…
Caminar, sentar, bailar, parado estar, volver
a sentarme/nos, tomar, respirar, escuchar, no mirar, rosar, [¡calambre! se
vuelve a acomodar] hablar, apodar, susurrar, besar, zurrar, dejar el lugar y
otro encontrar.
No quiero. Si quiero. Quiero aún más.
Quedate un ratito más. Solo deseo y esperanzo con la ínfima posibilidad.
Y te siento tan chiquita…
¿Estoy haciendo bien? ¿Para quién sería ese
bien? ¿Obro mal? ¿Qué tanto estaría dañando y a quienes y a cuantos? ¿Lo
pensáis vos también? ¿Qué pesas tengo/tenemos que equilibrar en la balanza?
¿Quiero realmente las respuestas? ¿Qué tan mejor se vive cuando todo te chupa
un huevo? Como poder se puede, y entro en el juego de palabras sobrevaloradas
que tan común es en mi. Por eso busco despejar los domingos, o dormirlos sin
alarma, dispersándome en ritmos experimentales.
Pero no me surge arrepentirme de momento,
es más, me arrepiento más de “no haber” que de lo que sí, una vez que apoyo la cabeza ya en casa.
Y el pelotudo lloró, o eso dio a entender.
Siempre la espontaneidad tan latente.
Te amo, Si, ese es el sentimiento, no me da
miedo usar tal palabra. Te amo, independientemente de a quien le toca cada
papel: niñera, manipulador, guardaespaldas, papá, mamá, nene malcriado, etc.
[Just say it!] Necesitaba cariño, lo
extrañaba, lo anhelaba. No me importaba de quien sinceramente.
Simplemente me
estaba haciendo falta, como quien come, duerme, respira. Siéntete afortunada de
haber sido el punto de infusión si así lo prefieres, eso ya no está en mi.
¿No te olvidas de nada? No lo sé, quizás ya
lo hice. Por algo escribo, para recordar ¿recuerdas?.
Se libre
Bael'adar