Porque la pandemia, porque el encierro, porque el barbijo, porque mi viejo...
Exploté. Dañé todo lo que había a mi alrededor en lo que dura un programa de televisión nocturno.
Hasta que un día, más calmo aunque igual de desganado, una voz joven y cargadísima de sabiduría me dijo "Movete".
(Continuaré después).