Para algunos es una oportunidad más de expresar su amor, para otros un cachetazo que despierte la solitaria realidad en la que te encuentras.
Esta vez puedo decir que lo disfrute rodeándome de las cosas que amo, disfruto, siento que me llenan. No, no tengo pareja y tampoco planee nada con amigos. Fue muy curioso todo, tanto que hasta en cierto punto me confundió. Parecía que algo me protegía, me sentí... a gusto.
Creo que hasta se podría hacer una receta, fue una especia de fórmula perfecta; con un pequeño badén pero compensado en tiempo de... no pensar en nada.
Un favor que me hizo empezar temprano. Un deguste culinario de aquella que me dio y sigue dando todas las mañas. ¡Encontrar plata en la calle!. Regocijar el alma con un acto de total desinterés. Hacer saber que por ahí andas. Patear el trasero de tres colosos. Llevar a arreglar la bici. Merendar con un poquito de particularidad. Regar. Ir a buscar la bici ya arreglada. Ducha. Volver a patear traseros virtualmente. Recibir un regalo violeta. Otro deguste culinario, esta vez de quien me dio la vida.
Y por último lo mejor. Una productiva escusa que terminó dando lugar al momento de mejor combinación. Una solución homogénea de amores: Noche, música, viento y andar...
Hasta que así sin más. Sin un amor platónico al cual rendirle culto ni una preponderancia económica en mi bolsillo, ha sido un buen día.
Se libre
Bael´adar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario