3 de octubre de 2013

Tuve Un Sueño Grato

 Tuve un sueño grato. De esos que te despertáis a la mañana a la hora justa y justo cuando el sueño acaba. De esos que después recordáis, porque dejan ese algo pensar en tu cabeza.
 Tuve en sueño la máxima expresión de la conocida frase "Si vos estás feliz, entonces yo estoy feliz". Cargada tanto de la sinceridad como de la hipocresía que conlleva.
 Tuve un sueño en el que no era el principal partícipe, o al menos no en quien se fijaba la mayor atención. Era como uno de esos personajes secundarios, de los que no llegan a afectar la trama global significativamente, pero de los que en el cine se llevan el premio por una simple, pero no menos sorpresiva aparición.

 [Aclaración importante: me sitúo en primera persona porque así es más fácil redactarlo. Los hechos y personajes son ficticios y cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia]

 Tuve un sueño de una boda. Cuanto blanco, parecía Wimbledon. Raro, nadie pensaba que esos dos iban a terminar frente al altar; si casados, pero no ante Dios... y de blanco, ambos.
 El tipo tenía que hacer su escándalo, tenía que ser "tan él".
  -Recpcionista: Buenas tardes señor ¿viene por el lado del novio o de la novia?
  -Yo: Un poco y un poco.
  -R: Está bien, acompáñeme a sentarse del lado derecho o izquierdo según prefiera.
  -Y: Mmm.. nah, ¿sabés que? traeme un banquito.
  -R: Discúlpeme, no lo comprendo, si hay mucho espacio.
  -Y: Si pero yo me quiero sentar en el medio. De última me corro si hace falta.
  -R: Me va a tener que disculpar de nuevo, no lo comprendo.
  -Y: 'Cucha viejo, yo vengo por parte de los dos, y no me va estar "de tal lado", así que si no me traes un banquito no importa, en cuanto empiece la ceremonia me siento en el medio de la alfombra en el piso, total no molesto a nadie. Y al que le incomode que se vaya a chupar limón.
(Mientras todas las miradas de reojo habidas y por haber)
 No fue entonces hasta que los vi entrar, hasta pararme para darles paso (porque si, me había sentado en el medio de la alfombra), hasta que llegaron al final, con sus correspondientes padrinos y madrinas. Y allí estaban, tan solemnes, tan pulcros, tan amados, tan chiquitos y grandes a la vez, tan blancos... ¡carajo! ¡¿por qué rayos había tanto blanco?!
 Una marejada de pensamientos, raciocinios, dualidades y culpas venía para arrastrarme, y no no parecía poder correr tan rápido o tener los recursos para salir volando. Esa fue mi versión de la celebración que se estaba llevando acabo. ¿Por qué era el único ahí con una expresión facial "neutral"?. Maldita sea, había gente que de verdad me daba escalofríos verla sonriendo. No porque no considerase que de verdad estaban contentos, sino la forma en la que lo estaban.
 ¿Qué clase de ser humano puede amar tanto a un par de personas y no encontrar el modo de sentirse completamente feliz y regocijado por ello? Pero allí estaba la cuestión; efectivamente los amaba, pero mi amor por ella era mucho más grande...
 Y la inmensa ola de la realidad me arrasó, pero no me inundé, exploté...
  -Y: ¡Paren el carro un cacho! tengo algo para decirles. (Y señalando a la pareja y dirigiéndome a todo el público) Pero a ellos dos nomas, a ustedes que les importa.
  -Cura: Pero discúlpeme joven, el momento para "las interrupciones" todavía no llega, estamos leyendo el evangelio.
  -Y: (con esa voz alta característica) Con todo respeto padre, lo que uno siente de corazón no puede ser callado ni mucho menos aguantado.
 El viejo se sonrió, ellos también lo hicieron, pero solo por esas palabras, su expresión atónita no tardó en volver. Así que tomándolos a ambos de las manos y mirándolos a los ojos me dispuse a sacar todo ese "yo" que soy y me caracteriza para con quien me ha de conocer y ver.
  -Y: De más está decir lo orgulloso que me siento por presenciar este momento y verlos de pie en este preciso lugar. Como siempre es costumbre mía, me voy a tomar el atrevimiento de atribuirme algo de crédito, les guste o no, ¡ja!. Pero muy a pesar mío hay un amor dirigido hacia uno de ustedes que es mucho más fuerte de lo que pensaba, más fuerte del que le tengo a ambos a la vez e incluso a mí mismo. Y como me conozco, mejor dicho, como desgraciadamente me conozco, tengo que hacerles una importante pregunta. Que de preferencia voy a querer sinceridad de su parte o sino que me digan que no quieren contestar, pero no me mientan. (Asisten con la cabeza). Bueno ahí va, ¿De verdad van a llevar esto adelante, con el nivel que sugiere y las responsabilidades?.
 El cura hace una interrupción y dice:
  -C: Hijo aún no llegamos a eso, debes respetar las norm...
  -Y: ¡Silencio Padre! necesito escucharlo de sus palabras hacia mi persona, no pretendo que usted entienda lo que para mi significa.
 En ese interludio ellos se miraron, me miraron, volvieron a mirarse, y con toda la seguridad que presentí en sus entendidas ya miradas y tono de voz, dijeron Si.
 Así que antes de escuchar el primer "pero" que sabía de parte de ella iba a ser inmediato, les hice un gesto de silencio, y con los ojos prontamente aguados y una sonrisa de un solo cachete proseguí.
  -Y: Perfecto, me parece excelente, ya los hubiese coscorroneado si llegaron hasta aquí para ponerse dubitativos. Así que bueno, digamos que la cuestión me lleva a una decisión, que en realidad tome antes del escándalo, porque ya lo previne. (Siempre tomándolos de las manos) Me voy a ir. No pregunten porques, ni cuandos, ni comos, ni dondes, ni a otros les rompan por saber de mi. Los amo, pero al parecer una realidad me pegó, y ser consciente de ella no me basta, tengo que darme cuenta de que está allí y me va a seguir. Hay cosas en mi que al parecer no estoy capacitado aún para cargar, o liberar, no estoy seguro. Hay cosas que debo aprender, cosas que no se encuentran en páginas claro está. Pero descuiden, voy a volver se los prometo, se que yo también les hago falta en cierto modo.
 Abrazo a cada uno en especial trasmitiendo unas palabras al oído. Unas palabras que en él provocan una media sonrisa con ojos entre abierto y un golpe al hombro, y en ella una minicarcajada con sonrojo. Doy unos pasos atrás, media vuelta y encaro a la salida. El lugar estaba lleno de murmullos desde el comienzo, la acústica los magnifica. Y llegando a la mitad de la alfombra doy otra media vuelta y me detengo.
  -Y: Ah pero no se olviden, soy colorado, siempre llevo pedacitos de alma conmigo.
 Todo parecía culminar, al menos para mi; dije lo que sentía que debía decir, me sentí grato conmigo. Hasta que llegando a la puerta escucho un chiflido de él y presencio el más bello y fulminante gesto que jamás vi en toda mi vida. Con una mano posada sobre el vientre de ella, me dice: "Que el pensar no te lleve demasiado tiempo, en una temporada nos va a hacer falta un padrino...".
 Me vi obligado a dejar caer la lágrima que en principio quise contener; solo se me ocurrió responder: "Dalo por hecho hermano, dalo por hecho".


Se libre
Bael'adar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario