Prometo no mencionar a nadie.
Prometo pasar desapercibida ante ciertos comentarios.
Prometo no llamarte pelotudo de nuevo, al menos en lo que a ese tema respecta (salvo que te mandes alguna cagada con otra cosa).
Voy a procurar hacer silencio, dejarte hablar y escuchar, se que así lo preferís. Simplemente estoy.
Si dejame decir una cosa: estoy orgullosa.
De que aprendiste a amar. Aprendiste de lo que sos capaz. De entregarte por completo en cuerpo y alma. De que pusiste toda tu fuerza, tu voluntad, tu esmero y tu dedicación. Si tuviste algún tropiezo, nos pasa a todos. Pero te sirvió también, porque aprendiste que no había una entera incondicionalidad y que, las palabras pueden ser increíblemente dulces, pero son sólo eso, palabras.
También lo estoy de ese poder de convencimiento de "ponganme cualquier cosa delante que lo atravieso si es necesario por lo que siento". Y que enfrentes las consecuencias debidas con la frente en alto. Mamá hizo un buen trabajo.
Prometo no sentir pena y/o lástima; pero porque en verdad no lo voy a sentir, no porque lo vaya a ocultar.
No prometo ayudarte a encontrar "un sustituto". Vos no sos así, y no vas a dejar de serlo porque una vez te sientas miserable.
Si prometo ayudar a distraerte; en lo posible con cosas como la facultad, o que visites a tus abuelos.
Te voy a hinchar, un poquito, en que le hagas humo. Ahí si que no me discutas, es así y punto.
Y del mismo modo en que me siento orgullosa también te digo felicitaciones: llevaste tu nivel de aguante y paciencia, cual sayayin su fuerza, a límites inimaginables y demostraste además, que aún podías más.
Se libre
Jill
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