23 de mayo de 2014

¿Y Qué Tiene De Positivo?

  Hace unos cuantos días que tuve esa conversación. Como de costumbre varió en placeres y displaceres, bienestares y malestares, entendimiento y desentendimiento. Hasta que llegó esa pregunta, que aunque me detuvo un segundo y pareció quedar en el aire, posteriormente me obligó a reflexionar.

"-¿Y qué tiene de positivo nuestra relación? ¿dónde están los pros?".

  Me lo fui planteando una y otra vez. A lo largo del día, a lo largo de los días. Y en cada ocasión mi desespero se potenciaba por cada segundo que mi mente no conseguía darme por lo menos una mínima respuesta. Tonta, estúpida, irracional, chistosa, en broma o rebuscada, cualquier tipo me iba a dar un alivio. Aunque sea momentáneo. No podía ser, no podía ser, no podía ser. Se supone que esa es una de las cosas de las que siempre le hago callar. No puedo perder, no debo perder.

¡Click!... momentos.

  Si, eso era, momentos. Es absolutamente claro, conciso y preciso.
  No te he enseñado grandes cosas, que te ayuden a resolver problemas o pensar mejor algunas cuestiones. O quizás si, pero al parecer ya posees mejores maestros. No te he obsequiado enormes regalos, que puedas usar a diario o te ayuden cuando sea necesario. O quizás si, pero al parecer ya tienes quien te otorgue esa practicidad. No te he demostrado lo suficiente, quién soy, quién sois y significas para mi, qué quiero o qué planeo. O quizás si, pero ningún modo de ser va a ser suficiente.
  Pero hay algo que si te he dado. Te he dado mi tiempo, te he dado mi espacio. Porque algo aprendido se lo puede atribuir a múltiples enseñanzas. Porque un objeto material con el tiempo se percute, deja de ser lo que era e incluso también se lo puede atribuir a alguien más. Y porque demostrar lo que uno siente, ya dije, jamás es suficiente más allá de lo realmente difícil que a veces se torne.
  Es así entonces que llego a la conclusión de que aquello positivo, ese "pro", es nada más ni nada menos que mis momentos, tus momentos, nuestros momentos.
  La experiencia de lo vivido. El recuerdo de una sonrisa tímida y de otra a carcajada, el de una lágrima que rueda y también de aquella que no se materializa. La sombra de una tristeza y la luz de una gracia. Una espada que dice "Te mandaría a la mierda..." y un escudo que contesta "...pero después te voy a buscar". Un paseo, un helado (o churro en invierno), una salida, una cerveza (o dos), una vuelta caminando, una palabra, una canción, una película, un chocolate, un apodo, un "mérito", un abrazo donde sea...

Se libre
Bael'adar

No hay comentarios.:

Publicar un comentario