No se dónde estás, si es que en algún lado estás. Tampoco se bien en qué creo.
Si estás en tu casa, cuidando aún de ella y de la abuela cual espíritu guardián.
Si estás con la abuela, en una suerte de almas combinadas, con tanto tiempo juntos era evidente que se hicieran uno. Si fuese así, por ende, seguís alimentando y cambiándole el agua a las gallinas, cortando el pasto y arreglando el jardín, dejando que el perro te siga a todos lados, charlando con los vecinos, etc.
O si de algún modo te fragmentaste y ahora, cada quién que te haya conocido, tiene una parte de tu ser.
La verdad no se, quizás todas, quizás ninguna. Me parece más la tercera. Te veo en la abuela, en el tío, en mami más que nada, en Jere. En fin.
Me reprocho algunas cosas. Cómo fui tan vago y todavía un poco adolescente (y pelotudo) de no levantarme más temprano esos domingos para acompañarte con el asado, prepararte un aperitivo y, con algo de tiempo, aprender claro está. Cómo no me hice el tiempo y junté más voluntad para preguntarte y aprender más de todas esas millonadas de cosas que sabías hacer: sembrar, cultivar, choricear, criar y entrenar animales, viajar, arreglar... de todo. Cómo no aproveché todavía más la vitalidad inmensa de ese abuelo joven.
Me reprocho tantas veces "cómo no le pregunté". Me pregunto si te di los suficientes abrazos, si te dije las suficientes veces te quiero.
Disculpa si me dirijo en presente, como ya dije hay muchas cosas que no se. No lo hago en pasado porque siento que algo dentro de mí se enfría cuando eso pasa. De la misma forma en que se me traba la garganta antes de empezar a contar una de tus anécdotas. Si, de esas que te oí decenas de veces, y hubiera seguido oyendo con gusto.
Ahora te reprocho yo a vos. Culpa tuya ya no estoy al tanto de quien se está llevando todas las carreras en Formula 1; o quien es el N° 1 del mundo del tenis (siguen repartiéndose los top 3 entre Nadal, Federer y Djokovic, olvidate); o qué argentino la está rompiendo también. Mejor ni te cuento de que sacaron a El Zorro.
¡Uy...! ¿Y River? No sabes lo que es River... una máquina, una bestia que se los come a todos.
¡Viejo inquieto! Un año más tenías que aguantar por lo menos ¿te costaba tanto...?
¡LPM...!
Me hace un poco de falta todavía el abuelo que pasaba por pasar para saber como estábamos, que nos preguntaba a medias escondido si nos hacía falta biyuya. Me hace un poco de falta ese consejero inconsciente, como el que me dijo más de una vez que odiaba las tarjetas de crédito, y que prefería siempre esperar un poco más y comprar las cosas de contado. Me hace un poco de falta también ese guardaespaldas, y ese crítico político explosivo. Esa otra masa de roles enorme, compactada en un solo ser.

Te extraño, abuelo.


Hermosas palabras primo. Yo creo que el está en cada uno de los que lo conocimos. Siempre lo tengo presente como la gran persona que fue. El era un Tío y Abuelo para mí. Mi primer abuelo falleció cuando tenía 3 años y no lo recuerdo. Y a mi otro abuelo no lo conocí tanto como uno necesita. Pero al Tío sí el fue el abuelo que no llegué a tener, el estuvo siempre cuando necesitaba. El me daba consejos. Me retaba por las boludeces que hacía. Muchos findes me dan ganas de levantarme e ir a la casa a tomarme un vaso de fernet con el y hablar un rato. Extraño esas historias que me contaba de su infancia. De cómo conoció a la Tía. De cómo llegó a San Nicolás. Y demás cosas. El tenía una forma de ser especial, el si te quería te lo demostraba, el no se llenaba la boca de palabras sin sentidos. Sólo te demostraba con actos. Hasta el día de hoy me duele su partida. Lo extraño y siempre hay algo que haga recordarlo. La semana pasada viajé a Tucumán. Y el fue lo primero que llegó a mi mente. Siempre me decía que le gustaría haber conocido y quería que lo llevara en el camión. Recuerdo cuando le dije que lo acompañaba al campo a comprar un lechón, me dijo a las 7 te espero, un domingo a las 7 decía yo por dentro. Pero ahí estuve a las 7 en su casa, el me estaba esperando tomando mates afuera sentado en su sillón amarillo. Fuimos y no trajimos el que compro jeje. Trajimos uno vivo. Tenía esas ideas y salidas que te sorprendía, pero esas cosas era lo que hacía que el fuese el. Siempre lo voy a tener en mi corazón y lo voy a recordad como ese tío y abuelo que por 30 años tube. No me alcanzan las palabras para decir todo lo que tengo sobre el, pero sé que siempre estará en cada uno de nosotros.
ResponderBorrarTe voy a extrañar siempre Tío CHICHE ...
Wigberto Leandro Lirangi